¿QUÉ ES LA ARQUITECTURA?

Según la RAE la arquitectura es «el arte de proyectar y construir edificios», pero no es solo eso. Este concepto surge de una necesidad y es esencial para la sociedad, para una buena organización entre todos nosotros y una estabilidad en el mundo tanto urbano como rural que marca un antes y un después de la entidad de cada individuo y de la colectividad y como dijo Jean Nouvel «Cada nueva situación requiere una nueva arquitectura».

Para mi la arquitectura es la disciplina que se encarga de diseñar y construir espacios en los que vivimos, trabajamos y nos relacionamos. Es una mezcla de arte y técnica que busca responder a las necesidades prácticas de las personas, pero también a su deseo de belleza y comodidad. En pocas palabras, la arquitectura convierte ideas en lugares concretos, adaptados a su entorno y pensados para mejorar la vida de quienes los usan.

Un arquitecto se ocupa de mucho más que de los muros y el techo; debe pensar en cómo el espacio se adapta al clima, cómo se aprovecha la luz natural, cómo se conecta con el entorno y cómo se usa cada rincón para que sea funcional. También es responsable de la seguridad y la durabilidad de las estructuras, eligiendo materiales y técnicas de construcción adecuados para que un edificio resista el paso del tiempo.

¿ARTE O TÉCNICA?

pues como recientemente he comentado, la arquitectura es una mezcla de estas dos, puesto que es un campo donde se juntan la creatividad y el conocimiento técnico para diseñar un mundo en el que las personas puedan habitar de manera cómoda y segura.

El arte en la arquitectura se expresa a través del diseño, de la forma y de la manera en que el espacio puede transmitir una sensación o contar una historia. El arquitecto, como un artista, busca crear algo que provoque una reacción emocional, que sea visualmente impactante o que represente valores y aspiraciones humanas.

Por otro lado, la técnica es el conjunto de conocimientos científicos y prácticos necesarios para hacer que el diseño funcione en la realidad. Esto implica un dominio de la física, la ingeniería y la ciencia de los materiales para que la estructura sea sólida, duradera y cumpla con todos los requisitos de seguridad. La técnica asegura que las ideas artísticas no se queden en el papel, sino que puedan convertirse en espacios físicos estables y funcionales.

En resumen, el arte y la técnica en la arquitectura son como dos caras de la misma moneda. El arte da vida y significado al espacio, mientras que la técnica asegura que ese espacio sea habitable, seguro y duradero. La arquitectura es, por tanto, el equilibrio entre ambos, creando lugares que no solo cumplen su función, sino que también mejoran la experiencia de quienes los ocupan.